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Cómo la industria de la belleza en Puerto Rico reacciona ante la pérdida de uno de los suyos


Grupo de estilistas vestidos de negro, reunidos con expresión de duelo y apoyo mutuo frente a una bandera de Puerto Rico, mostrando unidad tras la pérdida de un colega.
La comunidad de la belleza en Puerto Rico se une en respeto y solidaridad para despedir a uno de los suyos. Esta profesión, más allá de transformar, conecta.

La belleza es un arte que se trabaja con las manos, pero nace del corazón. Y cuando alguien que vivió ese arte con pasión se despide de este mundo, toda la comunidad lo siente.


Recientemente, la industria de la belleza en Puerto Rico perdió a uno de los suyos. Y lo que ocurrió fue algo que trasciende el oficio: se detuvieron las máquinas, se compartieron abrazos, llegaron los mensajes. El silencio habló más que las palabras.


No era solo un colega. Era uno de los nuestros.


Una hermandad en la industria de la belleza en Puerto Rico


Quienes trabajan en belleza saben que este oficio no es individual. Aunque cada quien corta, tiñe o maquilla a su manera, lo que nos conecta es la intención: servir, transformar, levantar.

Y por eso, cuando un estilista parte, no se va solo. Se va acompañado de una comunidad que recuerda, honra y celebra su legado.


No importa si fue maestro, artista de tarima, peluquero de barrio o educador. Lo que deja es lo mismo: una huella viva en quienes aprendieron de él, compartieron con él o simplemente lo admiraron.


Cuando la industria se viste de negro, lo hace con orgullo


En momentos como este, la belleza se transforma en respeto. Se detiene la rutina, se comparten memorias, se llora… pero también se agradece.


Porque ese compañero o compañera que hoy se despide fue parte de una red invisible que todos sostenemos. Una red construida con experiencias, creatividad y vocación. Una red que, aunque a veces no se vea, está ahí… fuerte, constante, real.


El legado que no muere


La muerte de un estilista no es solo una despedida. Es también un recordatorio del impacto que tiene esta profesión en la vida de tantas personas.

Cada cliente que se sintió más segurx. Cada estudiante que aprendió algo valioso.Cada colega que compartió risas en un backstage.Cada técnica enseñada, cada frase recordada… sigue viva.


Incluso hay quienes, con orgullo, siguen los pasos de quienes partieron: hijos, sobrinos, aprendices, colegas. Así es como la belleza se convierte en legado.


Testigos de una hermandad viva desde 1957


En Modern Hairstyling Institute, fundado en 1957, hemos sido testigos de este tipo de momentos por generaciones.Durante más de seis décadas, hemos formado a miles de profesionales en la industria de la belleza en Puerto Rico.Y con los años, hemos confirmado una verdad inquebrantable: esta profesión no solo transforma apariencias, transforma comunidades.


Lo que se vive dentro de un salón, una clase, una competencia o una tarima… deja marcas que van más allá de lo visible.


Un homenaje desde el corazón de la industria


Este mensaje es para quien alguna vez ha tomado una brocha, una tijera o una máquina con respeto.Para quien ha transformado un rostro o un ánimo con solo tocar el cabello.Para quien entiende que embellecer también es consolar, acompañar y sanar.


Hoy, la industria de la belleza en Puerto Rico se une en duelo, pero también en gratitud. Porque cuando un estilista parte, no deja un vacío… deja una historia. Una historia que nos une. Una historia que seguimos contando.

 
 
 

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